Las fracturas se operan porque alteran la función o bien alteran la estética. En el primer caso, el tratamiento quirúrgico es imperativo. En el segundo caso, se debe lograr un consenso entre el paciente, la familia y el equipo quirúrgico.
Algunas fracturas deben ser inmovilizadas (en general con placas de titanio y tornillos) en forma inmediata, porque pueden producir un daño irreversible sobre el organismo, pero la mayoría nos permite operarlas luego de unos días, una vez que se hayan estabilizado las condiciones de la zona afectada y del resto del organismo. Este tiempo también le dará a nuestro paciente y a su familia la oportunidad de acomodarse mejor a la situación y al equipo quirúrgico actuar de la forma más precisa y efectiva.